domingo, 20 de mayo de 2012

Madrazo malversacion


...el correo digital del 19.05.2012..

El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) ha aprobado por unanimidad el informe en el que, tal y como adelantó en enero EL CORREO, se detallan las irregularidades en la gestión que dos cargos designados por Javier Madrazo cuando era consejero de Vivienda realizaron durante la liquidación del patrimonio de la desaparecida Cámara de la Propiedad Urbana de Bizkaia. En el mismo se describen prácticas como la contratación innecesaria de personal, la financiación irregular de una película y, en conclusión, el gasto indebido de 2,6 millones de euros por los que el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao ha abierto diligencias por malversación.
Puesto en marcha a petición de las Juntas Generales de Bizkaia, en el informe aprobado se deja constancia de que Txema Gonzalo, delegado territorial vizcaíno del anterior Departamento de Vivienda, y Jon Alonso, contratado por Gonzalo cuando recibió el encargo de liquidar la Cámara, sobrepasaron sus atribuciones legales.
Unop de los principales gastos irregulares se centra en la financiación de la película 'Ander' «que supuso a la Cámara unas salidas de fondos de 420.000 euros». El tribunal también se detiene en las contrataciones «fraudulentas» de tres trabajadores «sin pasar por proceso selectivo alguno».
Entre otras cuestiones, el TVCP se interroga por el gasto en obras y amueblado de la sede a cerrar de Bilbao, donde se inviertieron 478.347 euros, y por último detalla pagos por valor de 332.826 euros a destinatarios desconocidos. Resume recordando que una liquidación que debería haber costado 1.715.274 euros acabó saliendo por 4.374.879 euros «resultando un exceso de 2.656.609 euros».
En las alegaciones presentadas, el exconsejero Madrazo rechaza que la gestión de su Departamento no fuera «acorde con los objetivos marcados por el decreto» de extinción de la Cámara. Por su parte, el entonces delegado Txema Gonzalo defiende tanto las contrataciones de personal como las obras en la sede bilbaína al ser «absolutamente necesarias» para llevar adelante el trabajo que se le encomendó.


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