El mismo día en que se supo que el desempleo alcanzó en 2012 su cota mas baja en Alemania desde hace veinte años, el Gobierno español no tuvo posibilidad de ocultar que los datos en el Estado son totalmente opuestos.
El paro sigue rozando los cinco millones de personas a pesar de la bajada de diciembre, exigua por otro lado, y la Seguridad Social cerró el año con un descenso de 787.240 afiliados (-4,6%), lo que cronifica una situación realmente negativa en la que hay menos de dos trabajadores por cada pensionista, concretamente 1,8 afiliados en alta laboral por cada perceptor de pensión.El año terminó con un diciembre en el que se contabilizaron 88.367 cotizantes menos, con lo que el total de ocupados se situó al finalizar el ejercicio en 16.442.681 afiliados, mientras que en el mismo mes había 8,9 millones de pensionistas que percibieron un total de 7.525,5 millones de euros. Con la evolución que sigue la afiliación a la Seguridad Social, parece difícil que el sistema siga siendo viable y todo apunta a que el Gobierno del PP se decidirá finalmente a aplicar la tijera también a las pensiones, una medida que podría tenerla preparada ya en el cajón.
La pérdida de cotizantes en 2012 en el Estado es superior a la registrada cada año en 2011, 2010 y 2009, cuando el sistema experimentó descensos de 355.060, 218,857 y 727.473 afiliados, respectivamente, de tal forma que la Seguridad Social registró en 2012 su segundo peor año, en términos de afiliación, desde que empezó la crisis.
En Euskadi la situación de desaparición de trabajadores en alta en la Seguridad Social también es preocupante. El pasado mes de diciembre la CAV contabilizó una media de 887.660 afiliados, de manera que concluyó 2012 con una reducción del 3,9% respecto al cierre del año anterior, lo que supone en términos absolutos 36.064 personas menos. Por territorios, Araba fue el que mayor caída sufrió (4,36%), mientras que en Gipuzkoa y Bizkaia el descenso interanual fue igual, del 3,8%.